Me parece un nombre de lo más evocador: atrapasueños. Y aunque esa especie de racimos de plumas, nunca me han gustado como objeto, me intriga conocer su historia. Porque seguro que tienen una leyenda, un bonito cuento que contar.
Aunque no conozco esa historia, espero que la “misión” del atrapasueños no consista solamente en capturarlos, sino que después deje flotar a los sueños de cada cual a su libre albedrío.
Porque así, nuestros sueños podrán llegar a su verdadero destino, a la mágica depositante de sueños. A la luna…
…luna llena.
La luna llena es también una gran compañera de viaje. Ilumina el camino que tú elijas, pero eres tú quien debe andarlo. Y nunca, nunca, quedarte inmóvil al borde del camino.
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