Se levanta temprano, viste de gris, el pelo recogido. En el trabajo pasa desapercibida excepto los días que el perfume (de lilas) es levemente excesivo.
Las tardes transcurren entre largos paseos, clases de yoga y deliciosos postres que elabora a fuego lento.
Nada extraño en apariencia.
Pero esta mujer tiene un secreto: es una fabuladora.
Imagina, ella imagina todo el tiempo, incluso vestida de gris. Y por las noches escribe. Escribe historias imposibles, cuentos fantásticos, versos que se derraman entre las comisuras,… escribe y hace volar a quienes la leen sin saber quien es ella.
Porque esta mujer escribe y no lo sabe nadie. En realidad, casi nadie. Ahora tú ya lo sabes.
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