Hoy traemos a este blog a otro poeta del siglo de oro: Don Francisco de Quevedo. Muchos de sus poemas (quizás la mayoría) resisten de maravilla el paso del tiempo y este soneto soneto y emocionante es una muestra evidente. Empieza por la letra "C" de cuento y, como siempre, esperamos que lo disfruten y sugerimos que lo hagan viajar. ¡Regalen un soneto!
Amor constante más allá de la muerte...
Cerrar podrá mis ojos la postrera 
sombra que me llevare el blanco día, 
y podrá desatar esta alma mía 
hora a su afán ansioso lisonjera;
mas no de esotra parte en la ribera 
dejará la memoria en donde ardía: 
nadar sabe mi llama la agua fría, 
y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido, 
venas que humor a tanto fuego han dado, 
medulas, que han gloriosamente ardido,
su cuerpo dejarán, no su cuidado; 
serán cenizas, mas tendrán sentido; 
polvo serán, mas polvo enamorado.
FRANCISCO DE QUEVEDO 
El audio
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