Luciérnagas

A veces lees historias que te gustan especialmente. A veces te gustan especialmente porque llegan en el momento adecuado. La que hoy les dejo aquí me llegó en un correo hace unas semanas (gracias Berta) pero hasta hoy no la había leído. Quizá si lo hubiera hecho el mismo día en que la recibí estaría almacenada en alguna subcarpeta del disco duro pero hoy era el momento adecuado. Y me ha gustado. Mucho.

He decidido subirme la autoestima: "Soy una luciérnaga y las serpientes no me van a alcanzar. Podéis seguir reptando, yo os diviso desde arriba, desde muy arriba. Apenas vislumbráis mi luz pero ni os acercáis a mí. Soy una luciérnaga y mi límite es el cielo."

La luciérnaga y la serpiente

¿Saben? Cuenta la leyenda que una vez, una serpiente comenzó a perseguir a una luciérnaga. Esta escapaba lo más rápido que podía de la feroz predadora pero la serpiente no desistía.

La huida duró un día, dos días, tres días… Entonces, la luciérnaga ya sin fuerzas, paró y le dijo a la serpiente:
- “¿Puedo hacerte tres preguntas?”
- “No acostumbro a dar ese privilegio pero, como te voy a devorar, te concedo ese deseo” -contestó la serpiente.
La primera pregunta de la luciérnaga era: “¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?” Y las respuesta de la serpiente fue no.
La segunda pregunta era: “¿He hecho algo que te causara mal?”La respuesta de nuevo fue no.
Por último la luciérnaga preguntó:“Entonces, ¿por qué quieres acabar conmigo?”. Y la serpiente contestó: “¡¡¡ Porque no soporto verte brillar !!!”

Muchas veces nos vemos envueltos en situaciones desagradables en las que nos preguntamos ¿Por qué me pasa esto si yo no he hecho mal a nadie?
La respuesta es sencilla. Hay gente que no soporta verte brillar. Así que, cuando esto pase, no dejen de brillar, sean ustedes mismos, continúen, sigan dando lo mejor de sí mismos, no permitan que les hagan daño, sigan brillando y no podrán tocarles... Vuelen alto porque su luz seguirá intacta.
¡¡ Sean siempre auténticos, aunque su luz moleste a los predadores !!