Mucha gente, muchas risas, muy buenos momentos. La gente enseguida "se subió" al escenario y formaba parte del espectáculo. Mucha complicidad que hace disfrutar a quien cuenta y, si el que cuenta disfruta, los que escuchan más aún. Es una especie de círculo vicioso digamos.
Gracias por acudir, por dejarse llevar por el narrador y no preocuparse de nada más que de divertirse. Gracias por los aplausos... y por los silencios. Me explico: Hace poco mi profesor de música me dijo que fiarse de los aplausos no es muy buen método. Que los aplausos son muy "baratos". Lo que da medida del interés que despierta una persona subida en el escenario son los silencios: Cuando hay expectación por escuchar lo que vas a contar, cantar, tocar... se produce un silencio que es el que realmente te indica que lo estás haciendo bien.
Ayer, en un bar, se podía palpar el silencio. No todo es mérito del cuentero sino que el público se portó maravillosamente bien. Gracias también por eso. Aunque claro, además del silencio hubo un buen puñado de carcajadas.
Estamos contentos, mucho. Quedó taaan monoooo.........
1 comentario:
Me alegro muchísimo de que disfrutárais con el espectáculo. Un besazo. Amaya Campos
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