martes, 26 de octubre de 2010

Federación de Autismo Castilla y León

El pasado Sábado tuvimos una actuación de las que nosotros llamamos "Proyecto Amélie". Dentro de una jornada que organizó la Federación de asociaciones de Autismo de Castilla y León y, entre otras ponencias y charlas orientadas a las familias de personas con trastornos del espectro del autismo, hicieron un hueco para "contar".

Un texto maravilloso escrito por un niño de 12 años que contaba sus experiencias junto a su hermano con síndrome de Asperger era nuestra "excusa". Treinta y dos folios muy emocionantes e interesantes pero bastante difíciles de adaptar a la narración. Casi un mes de trabajo después conseguimos hacer un resumen de poco menos de media hora contando. Tres o cuatro cuentos (estrellas de mar, horizonte, ...) esparcidos en la narración le daban un aspecto bastante redondo a la actuación.

Y contamos. Y gustó. Mucho. Nos agradecieron y felicitaron y se notaba que lo hacían de corazón. Y nosotros felices claro. El proyecto Amélie siempre es especial. Pero...

(y en los "peros" está la magia)

...hoy además he recibido un e-mail. Y nos daba las gracias, y nos hacía felices así que me he tomado la libertad de poner la respuesta aquí, en público, además de en privado:

A veces, recibes algún mensaje que pinta de verde tu bandeja de entrada

A veces, lees en un e-mail un puñado de sonrisas

A veces, un puñado de letras escritas desde el corazón se te despiertan muchas emociones por dentro, "de esas que hacen cosquillas".

A veces, crees recibir mucho más de lo que das.

A veces, alguien que se llama Rocío te alegra la mañana y te hace feliz y, aunque parezca un poquito, a veces un poquito es mucho, a veces lo es todo...


Muchas muchísimas gracias. Por mirarme tan bien, por molestarte en enviarme un e-mail, por leerte mi blog (de "pe a pa" por lo que deduzco) y, sobretodo, por creer en las estrellas de mar. Cada día somos más bailando junto al agua. Cualquier día estaremos tan cerca del horizonte que lo rozaremos con los dedos pero entonces, y sólo entonces, imaginaremos algo más lindo para ponerlo más lejos y poder seguir caminando y disfrutando del camino.

No sé muy bien quien eres pero da igual seas quien seas. Lo del sábado, aunque parece que duró poquito, me llevó casi un mes de preparación y muchos nervios, así que un agradecimiento como el tuyo (tan espontáneo, tan sincero) es un empujoncito "de esos que hacen que notes que no caminas solo". No dejen de contar con este contador de historias. Yo no pienso dejar de contar con la gente que, como tú, cree en las estrellas de mar.

A veces te dan las gracias por una actuación que, quizá, hace más feliz al narrador que a los espectadores... ¿Qué más se puede pedir?

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