viernes, 26 de agosto de 2011

¡Hoy cumplimos seis añitos!


El 26 de Agosto no es una fecha casual para que se fundara la asociación cultural La Poesía es un Cuento. Ese mismo día, pero de 1789, se aprobó en Francia la Declaración de los Derechos del Hombre. Nos parecía un buen motivo para arrancar. Al fin y al cabo los objetivos que recogen nuestros estatutos son reivindicar el uso y disfrute de la Poesía y el lenguaje poético y recuperar la tradición de contar, pero también: buscar la paz utilizando la poesía y los cuentos como herramientas.


Y, tras muchas actuaciones, algún premio, un libro, un par de números de la revista literaria, innumerables versos, más de treinta mil visitas en el blog, una plaza “poetizada”, muchísimos amigos, algún disgusto (todo hay que decirlo), dos teatros llenos, varios gritos violetas, un buen puñado de cartas de amor e innumerables estrellas de mar devueltas al océano llegamos a este sexto cumpleaños. Felices, no saben cuánto. Ilusionados, como el primer día. Agradecidos, de manera inacabable. Dispuestos, a no parar. Seis años cuenteando… y los que nos quedan.


Hoy, nos miraremos un rato el ombligo y echaremos la vista atrás (evitando la lagrimilla… o no), recordaremos, disfrutaremos de lo realizado y (hoy se nos olvidará un poco la modestia) pensaremos que hemos hecho grandes cosas. Mañana comienza el séptimo año de La Poesía es un Cuento con “ideas nuevas como siempre” -suena a contradicción pero no lo es-, con ganas, con esperanzas, con la seguridad que da el camino andado y la emoción que provoca el camino por recorrer y, sobretodo, con ustedes si tienen a bien. Porque sin ustedes nada de esto tiene sentido, sin ustedes no hay poemas, no hay cuentos, sin ustedes (nuestras luciérnagas), no hay luz.


En estos seis años, teníamos que nombrarlo, se nos ha marchado don Mario Benedetti. Ese olvidable día de Mayo nos quedamos un poco más solos y el mundo fue un poco peor. Pero, también ese día, alguien nos dijo que más que nunca el mundo necesitaba a “La Poesía es un Cuento”. El piropo es exagerado pero es nuestra “excusa” para no dejar de poner versos en las calles: porque así lo querría don Mario.


Y (esto es personal): gracias por los abrazos de estos seis años, gracias por los versos y los besos. Me han hecho muy feliz. Espero haberles devuelto así sea un tantito no más.

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