EL EXTRAÑO CASO DEL HOMBRE FEMINISTA
Javier Gil, de La Poesía es un Cuento, encandiló a su
auditorio con el espectáculo Ellas:+Mujeres lleno de sensibilidad, de
compromiso y de militancia contra la violencia de género.
La vida de Gloria Fuertes,
el sentido común y la sensibilidad de Eduardo Galeano, la verdadera y
desmitificadora historia de Helena de Troya, la reivindicación de Irena Sendler
(aquella enfermera polaca que salvó la vida a 2.500 niños judíos que estaban en
campos de concentración), la carnalidad de la poetisa Gioconda Belli, la
valentía del autor Agustín García Calvo y la rabia de la cantautora Bebe (por
citar solo algunos de los ingredientes) formaron anoche en el Arco de Santa
María un cóctel tan explosivo que solo un hombre feminista, como ayer demostró
Javier Gil que era, podía llevar a buen puerto.
Allí le esperaba un público
sorprendido, divertido, emocionado y que en ocasiones reía a carcajadas. Y es
que el alma mater del colectivo La poesía es un cuento se propuso tirar por
tierra los sucios mitos de príncipes azules, animando a las mujeres a quererse
mucho a ellas mismas, con sus curvas y sus pelos en las piernas, reivindicando
las palabras escritas por ellas y para ellas y enseñando (y aprendiendo) que la
igualdad es lo que sostiene el mundo. Lo que debería sostenerlo. La igualdad en
derechos, en oportunidades, en libertad, en autonomía. Y que en esta labor
estamos juntos mujeres y hombres.
Escuchando a Gil contando la
historia de aquella boliviana que con una huelga de hambre derrocó a un
dictador a pesar de que todos se reían de ella, homenajeando a las hermanas
Mirabal (cuya historia es el germen del 25 de noviembre) o declamando los
versos de Bebe Hoy vas a descubrir que el mundo es solo para ti, que nadie
puede hacerte daño. Hoy vas a tirar p’alante, que p’atrás ya te costó bastante.
Hoy vas a ser la mujer que te dé la gana de ser. Hoy te vas a querer como nadie
te ha sabido querer... no se acaba de perder la esperanza de que un día los
varones acaben por entender que sin ellos, la lucha contra la violencia de
género no se va a ganar nunca. Ellas: +Mujeres resultó, a la postre, un espectáculo
imprescindible para que los chicos sepan que el día en que sientan como suya
esa causa se van a encontrar mucho mejor. A ver si algún día puede verse en las
escuelas.
En varias de las piezas
estuvo acompañado al piano por Sole García, que resultó una cómplice
imprescindible. Los tristísimos versos que la poetisa argentina Alfonsina
Storni dejó escritos poco antes de terminar con su vida no hubieran sido los
mismos sin que por debajo hubieran estado saltando las notas de la canción que
años después popularizara Mercedes Sosa poniendo los vellos de punta a medio
mundo.
El espectáculo de Javier Gil
fue, pues, una hora dedicada a poner un granito de arena -o una estrella de mar
violeta, el color del feminismo- para terminar con una de las últimas grandes
ignominias de la Historia por la que han perdido la vida miles de mujeres. Al
finalizar y tras los aplausos, la portavoz del Colectivo 8 de Marzo, Natividad
Cabello, le dio las gracias por su «calidad y calidez».
© Todos los derechos reservados. Angélica González (texto), Miguel Ángel Valdivielso (fotografía), Diario de Burgos (noticia).
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