miércoles, 26 de agosto de 2020

2005-2020 quince años verso a verso


Un 26 de agosto nacieron Cortázar o Apollinaire, fue elegido papa Juan Pablo II, Estados Unidos adoptó la 19ª enmienda que otorgaba a las mujeres el derecho al voto, la Asamblea Nacional Constituyente francesa aprobó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y se constituyó la asociación cultural “La Poesía es un Cuento”. Como se ve, un día repleto de efemérides interesantes.

Por ocuparnos de la última de ellas, aconteció en 2005, por lo cual hoy celebramos el decimoquinto aniversario del inicio de un camino alfombrado de letras, libros, amistades, música, momentos hermosos y jalonado por la defensa irrenunciable de la alegría y del derecho a soñar. 

Sería poco original hacer un recuento exhaustivo de actuaciones, eventos, publicaciones y otros recuerdos dignos de memoria, además lo hicimos hace cinco años y quedó estupendamente bien. Así pues, escapemos de lo fácil y metámonos en lo arduo, o lo que es lo mismo: miremos hacia adelante. 

El problema es que, como dijo Don Mario, “para gozar el mañana hay que pelear el ahora” y el ahora sí que está difícil. Son muchos meses de pausa, en buena parte obligada, y el ánimo se da la mano con la esperanza alejándose de a poco. No sabemos si alguna vez fueron los tiempos buenos para la lírica, pero los de ahora son malos de solemnidad. Se tuvo que anular (antes incluso de presentarla) la habitual actuación por el Día de la Poesía en nuestro querido Hostal Acuarela y, vistas las circunstancias también otras propuestas que giraban este año, cómo no, alrededor de Benedetti y su Centenario (CenteMario).  

El límite de aforos, los (comprensibles) miedos a programar y a participar en actividades culturales, los lugares bajo techo cerrados y las inasumibles condiciones para realizar actuaciones al aire libre arrastran un peso que es muy complicado de levantar a golpe de verso, especialmente si tomados de la mano, el ánimo y la esperanza se ven borrosos por la distancia. 

Por suerte, siempre queda algún hilo verde al que aferrarse. Lo fue aquel proyecto sonoro llamado “Cuentitos al oído”, lo es la petición de un recital para el mes de septiembre o el ofrecimiento de un músico y amigo para hacer lo propio juntando acordes y versos. Ojalá esas dos posibilidades se tornen en realidad y en “empujoncito”. Por supuesto, tendrán la necesaria y completa información. 

Pero lo complicado es saber qué será del mañana y sus incertidumbres. Por suerte contamos con quince años de inercia, de experiencias, de personas magníficas, de lugares compartidos y de sonrisas recogidas. Debería ser suficiente para que aquella pareja tomada de la mano vuelva y nos susurre certidumbres como siempre. Quizá no duren otros quince años pero ya saben que el horizonte está ahí para que nos centremos en lo importante: en caminar. 

No dejen de leer Poesía de contar y escuchar cuentos, sean felices, defiendan la alegría y el derecho a soñar.   


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