Hoy teníamos actuación en un Instituto de Secundaria. Andaba yo preocupado porque eran unos noventa chicos y chicas de entre 15 y 18 años. ¿Les gustará lo que hago? ¿Me escucharán? ¿Se divertirán? ¿Se reirán de mí o conmigo?
Un Salón de actos lleno y un cuentero asustado.
Comienzo por contarles lo que hago y que los cuentos no son -sólo- cosa de niños.
Empiezo con el romance del móvil y la Gameboy ¡se ríen!
Sigo con el del Rey Arturo ¡disfrutan!
Me la juego con un poema de Benedetti ¡aplauden!
Voy sobre seguro con La cigarra y la hormiga ¡carcajada general!
Y así uno detrás de otro: pintadas, amor, cuentitos, Lope de Vega (¡se lo saben!), el avioncito,... una actuación redonda.
Se han quedado sin contar casi la mitad de los previstos pero ha sido fantástico. De las mejores contadas que recuerdo. Ellos también han disfrutado mucho porque cuando ha sonado el timbre que anuncia la hora del recreo no se ha movido absolutamente nadie. He preguntado yo si me daban un minuto para terminar el cuento y el "Sííííííííííííííííí´" ha sido unánime. Qué maravilla.
Gracias a esos chicos y chicas del Instituto "Diego Marín Aguiler" y a sus profesores por llamarme.
Cuando menos te lo esperas te sale una actuación memorable.
3 comentarios:
Y te dan una sonrisa para que la repartas y se contagie
No ´sé como todavía tienes dudas, te llevas a todo el mundo de calle, aunque sean adolescentes del siglo XXI. Eres un genio. Un abrazo, Amaya
Mira en http://anamayoral.blogia.com/
la entrada citas sobre La elegancia del erizo. En este libro hay una frase que te define perfectamente. Un abrazo, Amaya Campos
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