Rosalía Santaolalla es periodistas y,
desde hace un par de meses, es además la jefa de comunicación de "La
Poesía es un Cuento". Ella era amiga de Jorge Villalmanzo (cuesta
muchísimo escribir "era") y ha escrito una "cara abierta al
Alcalde de Burgos" que por lo conciso, lo emotivo y lo cargada de razones
que está, queremos compartir aquí.
No es tan
frecuente, se lo aseguro, señor alcalde, que exista una persona como Jorge
Villalmanzo y que una ciudad como esta tenga la suerte de que una persona como
él la escoja para nacer, vivir y morir. Repase usted en su memoria, pregunte
entre sus conocidos y dígame si sabe de alguien como él, si ha encontrado quien
le diga que todo lo que se ha escrito -mucho-
y dicho -más aun- sobre él es falso o simplemente matizable.
Le aseguro que no es frecuente encontrar a una persona con su inquietud artística y tanta generosidad creativa, que arañe tiempo de su vida para promover la cultura de una ciudad escasa de implicación y confianza. Que se lance de cabeza a proyectos altruistas y convenza a decenas de artistas para que donen desinteresadamente su trabajo con el mismo fin. Y que a la vez haga de su profesión una pasión, que defienda y luche por conservar los preciosos espacios verdes de Burgos, que ayude a descubrir los rincones valiosos de la Isla, que se tome como una afrenta la falta de cuidados en La Quinta. Encuentre alguien que ponga sus manos al cuidado del Castillo y que se deje, como él hizo, la espalda y hasta la moral en la construcción de los huertos de ocio. Y sobre todo, que, junto a sus compañeros de la Escuela Taller, haya sido maestro de varias decenas de jóvenes a los que ayudó a tener más confianza en sí mismos y a tejer un hilo más grueso que les uniera a la sociedad.
Busque alguien como Jorge y, si lo encuentra, no tenga miedo de dedicarle un espacio en la ciudad. Un lugar que devuelva a Jorge lo que hizo, sin proponérselo, por Burgos. Busque, con el cariño que él hubiera dedicado, un lugar que le represente. Que te sonría al llegar. Que te acoja con un abrazo. En el que sea propicio iniciar proyectos con ilusión. Escoja un lugar frente al que no quepa decir "no está mal" sino, como él decía, "una delicia".
No tema el aluvión de peticiones para dedicar jardines de la ciudad a todos los jardineros poetas agitadores culturales que tuvo, tiene y tendrá Burgos. Porque por desgracia, señor alcalde, su existencia no es tan frecuente.
Le aseguro que no es frecuente encontrar a una persona con su inquietud artística y tanta generosidad creativa, que arañe tiempo de su vida para promover la cultura de una ciudad escasa de implicación y confianza. Que se lance de cabeza a proyectos altruistas y convenza a decenas de artistas para que donen desinteresadamente su trabajo con el mismo fin. Y que a la vez haga de su profesión una pasión, que defienda y luche por conservar los preciosos espacios verdes de Burgos, que ayude a descubrir los rincones valiosos de la Isla, que se tome como una afrenta la falta de cuidados en La Quinta. Encuentre alguien que ponga sus manos al cuidado del Castillo y que se deje, como él hizo, la espalda y hasta la moral en la construcción de los huertos de ocio. Y sobre todo, que, junto a sus compañeros de la Escuela Taller, haya sido maestro de varias decenas de jóvenes a los que ayudó a tener más confianza en sí mismos y a tejer un hilo más grueso que les uniera a la sociedad.
Busque alguien como Jorge y, si lo encuentra, no tenga miedo de dedicarle un espacio en la ciudad. Un lugar que devuelva a Jorge lo que hizo, sin proponérselo, por Burgos. Busque, con el cariño que él hubiera dedicado, un lugar que le represente. Que te sonría al llegar. Que te acoja con un abrazo. En el que sea propicio iniciar proyectos con ilusión. Escoja un lugar frente al que no quepa decir "no está mal" sino, como él decía, "una delicia".
No tema el aluvión de peticiones para dedicar jardines de la ciudad a todos los jardineros poetas agitadores culturales que tuvo, tiene y tendrá Burgos. Porque por desgracia, señor alcalde, su existencia no es tan frecuente.
Rosalía Santaolalla
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