viernes, 30 de junio de 2006

Puentes

Tengo en mi mesa, un calendario en el que cada día del año figura una cita de Don Mario Benedetti. Cada mañana al levantar la persiana para dejar a la luz que pase a mi cuarto, arranco la hoja correspondiente al día anterior y leo despacio los versos del día que comienza. Ayer, 28 de junio la cita era de un poema titulado “El puente”, que se incluyó en el libro “Preguntas al azar” de 1986. Los versos seleccionados eran estos:

ahí esta el puente
para cruzarlo o para no cruzarlo
yo lo voy a cruzar
sin prevenciones

A mí, como supongo que a muchísimas personas, cuando leo algunos poemas de Benedetti me asalta la terrible angustia de saber que era “eso” exactamente lo que sentí en tal momento, o que “esos” son los versos que querría escribirla. Ayer más que eso, estas cuatro líneas fueron como una premonición o un consejo.

Porque esa misma noche del día 28 crucé el puente. Porque ya sabéis que caminamos y, de vez en cuando, hay puentes. Y en mi camino había un puente que mis prevenciones esquivaban, llevándome por recovecos innecesarios y aburridos. Así que ayer dejé las prevenciones en casa y tomé el puente.

El puente es levemente inseguro, cauto incluso,  pero, ante todo, es infinitamente dulce y me encantó cruzarlo y tiemblo de ganas de ver donde nos lleva.

2 comentarios:

Princess Valium dijo...

Pues felicidades por seguir tus instintos y finalmente cruzar ese puente. Seguro que te/os lleva a lugares maravillosos con otros puentes que cruzar. Déjate llevar y no dejes nunca de andar hacia adelante.
Un petonet

Anónimo dijo...

Los puentes están para cruzarlos y la vida para ser vivida. Lo bueno o lo malo nos espera al otro lado, pero la inmovilidad sólo es la muerte adelantada. En mi vida he cruzado muchos puentes, y al final algo bueno ha salido de ese impulso de caminar sobre el aire para abrazar lo que no vemos.
AMAYA CAMPOS